Sköll y Hati

 

Sköll y Hati

 

Sköll y Hati persiguiendo al sol y a la luna

Desde el inicio de los tiempos, el hombre siempre ha mirado al cielo con expectación, curiosidad… Y sobretodo con miedo. En las tierras del Norte, cuando observaban el Sol y la Luna, pensaban que ambos eran perseguidos por dos entidades malignas, ni mas ni menos que los hijos de Fenrir, los lobos Sköll (traición) y Hati (odio).

Cada uno de estos lobos tiene un objetivo particular a la vez que terrible: Sköll persigue al Sol, y Hati, a la Luna. La persecución no termina nunca.

Esta peculiar visión que tenían los nórdicos sobre los astros, es como explicaban los fenómenos del día y la noche.

Tanto los Dioses como los hombres saben que, si alguna vez ocurriera, si en alguna ocasión lograsen alcanzar al Sol o a la Luna, el mundo quedaría sumergido en una oscuridad total y perpetua. Sería entonces cuando llegaría el Ragnarök, un día terrible que todos han soñado alguna vez, donde la sangre, la destrucción y la penuria se extendería en un horizonte interminable. El mal se asentaría en nuestro mundo y viviríamos en una oscuridad permanente…

Los nórdicos tenían auténtico pánico a los acontecimientos astronómicos en que por ejemplo, la Luna oculta al Sol, y ambos astros son vulnerables: los eclipses. Los eclipses son momentos idóneos para que los lobos Sköll y Hati adquieran más fortaleza, instantes que aprovecharán para devorar a sus presas, e iniciar así, el fin del mundo.

Los mortales, atemorizados ante esta idea, lo que solían hacer durante los eclipses era sacar palos, tambores o cacerolas y efectuar el mayor ruido posible. Un ruido persistente y atronador para asustar a los lobos y permitir, de este modo, que suelten de sus fauces infernales al Sol y a la Luna.

Así que ya sabéis, cada vez que alceis la vista, recordad siempre que en ese mundo astral hay una persecución que no termina nunca, la de los lobos Sköll y Hati para alcanzar a nuestros astros más preciados… Una lucha, que hasta el momento, jamás han ganado.